Tomás*, un desmovilizado de uno de los frentes (58,18 y 5) que asegura ser testigos de la alianza entre Farc y Bandas criminales (Bacrim) en el área del nudo del paramillo, entre el sur de Córdoba, el rio Sinú e Ituango en Antioquia, dice que las Farc mienten.
“Si Iván Márquez o alguno del secretariado dice que esa alianza no es cierta, esas son mentiras. Ahí están los acuerdos que fueron avalados por ‘Pastor Alape’ y que se cumplen en donde está el bloque noroccidental, hay acuerdos donde hay delgados de las Farc hablando con delegados de las Bacrim y que se han leído a los mandos”, señaló.
Según el desmovilizado, entre lo pactado está el respeto del área de las Bacrim, la población que domina y la cocaína que compran. “Esa alianza que empezó en 2011 y por negocios relacionados con narcotráfico y con coca ha llegado a que en un municipio se cuiden y parezcan uno solo, las Farc y los paras o como les dicen las Bacrim”, dijo.
La versión de Tomas se suma a los informes de inteligencia de las Fuerzas Armadas, que fueron conocidos por COLPRENSA, donde se establece que llegaron a acuerdos de delimitación de áreas geográficas sobre el Bajo Cauca, en donde se desplazarían de manera conjunta para mantener “movilidad territorial”.
“Eso es cierto”, indicó Pedro*- otros desmovilizado que se refirió al tema: “A nosotros nos mandaban al pueblo, nos avisamos para cuidarnos y evitar a la policía, nos tocaba avisar incluso, por lo menos si querían ir a ver a ‘manteco’, el jefe del frente 58 de las Farc”.
Además, se conocen “pactos” de no agresión en algunas áreas, para respetar la vida de los colaboradores, y concertaron zonas de acuerdos sobre las riberas del río Cauca, en la región del Magdalena Medio, para el tráfico de estupefacientes.
Otro de los puntos destacados, es el acuerdo para el intercambio de información sobre personas que consideran “desertores” de ambos bandos, lo cual se realizaría por medio de un canal de comunicaciones “para el sostenimiento de la relación”.
“Unos se escapaban y llegaban a las Farc o al contrario y de las Farc llegaban allá, por eso es que están exigiendo que les entreguen los desertores para cobrar justicia, aunque yo se de un caso donde eso no ha pasado, pero ese es el acuerdo”, indicó.
Entre los elementos que confirmarían esta unión y que están asociados al tráfico de estupefacientes, están la compra y venta de cargamentos de estupefacientes en el Urabá antioqueño y la Costa Pacífica, además de alianzas y división de zonas para movilidad de las drogas en áreas como Nariño, Chocó, Valle de Cauca, sur de Bolívar y la región del Urabá.
Según información de inteligencia, en el departamento de Nariño durante 2010 se habría dado un asocio entre el frente 29 y la Columna Móvil Daniel Aldana de las Farc con 'Los Rastrojos' y componentes del 'Clan Úsuga', para operar en este territorio del país.
Para el año siguiente la información daba cuenta del contacto para la compra de estupefacientes entre el 'Clan Úsuga' y las Farc y que incluso “en reunión entre alias 'Jacobo Arango', cabecilla del frente 5; alias 'El Manteco', cabecilla del frente 58, y alias 'Román Ruiz', cabecilla del frente 18, se estableció que esto se haría a través de particulares”.
Ese mismo año, el 'Clan Úsuga' indicó que ingresarían al sur de Bolívar por Morales y El Bagre, Antioquia, para tomar contacto con los frentes de las Farc que hacen presencia en la región y así llegar a “acuerdos de no agresión”. También se conoció que 'Los Rastrojos' tendría esos contactos “para evitar confrontaciones y obtener autorización para mantener sus componentes activos sobre el Urabá para confrontar al Clan Úsuga”.
En Chocó y Antioquia, cabecillas del frente 5 de las Farc con componentes del Clan Úsuga habrían tenido encuentros como el de cabecilla 'Jacobo Arango' y un delegado de alias 'Otoniel', jefe máximo de esta banda criminal.
Para 2012 se empiezan a conocer cifras más concretas en las negociaciones que adelantan estos grupos subversivos por el tráfico de estupefacientes. En ese orden, la información de inteligencia señala que alias 'Wili', integrante del Clan Úsuga y encargado del área de Nechí, Magangué, San Pablo y Ayapel, se reunió con emisarios de las Farc por orden de alias 'Otoniel', para acordar estas actividades.
La información revela que en esa reunión se planteó la posibilidad del tráfico de 250 kilos de estupefacientes quincenales y el pago de $2.600.000 por cada kilo que fuera transportado por estas regiones, con lo cual era evidente la estrecha relación que se venía gestando entre estos grupos al margen de la ley y su actuar en la zona.
En la región del Urabá Cordobés, en los municipios de Puerto Libertador y Montelíbano, donde se presentó el ataque contra los siete uniformados el pasado martes, el frente 58 de las Farc generó un acuerdo con el 'Clan Úsuga' para compartir la zona y evitar confrontaciones, además de la compra de estupefacientes, a través de los mismos acuerdos que se venían gestando en otras áreas del país.
CONTRA LA FUERZA PÚBLICA
“Ellos dicen que si nos unimos podemos atacar mejor al enemigo y es mejor que tener tres enemigos, como las bacrim tienen más información, es más fácil y la guerrilla pide que les den espacio y bajan y le hacen daño a la fuerza pública”, afirmó Pedro.
Tomás es enfático: “el secretariado sabe, Pastor Alape habla con Cuba a diario, tiene que informar hasta que se cae un aguja, como no va a saber que ‘gavilan’ está allá, o que son aliados, ese, ´gavilán’, es el jefe de las Bacrim en esa área y le regaló a ‘Manteco una cantidad de dinero, de millones y millones de pesos”.
“Lo que el general (Rodolfo) Palomino y el Ministro de Defensa han dicho se queda corto, es la verdad, es hasta peor, porque mandan guerrilleros a salvarlos, lo que dijeron es para restarle credibilidad al ministro y los generales, pero ellos quieren es neutralizar la olla podrida que se está destapando que son como los mismos”, puntualizó.
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