El Índice Global de Habilidades, que por primera vez se realizó en Colombia, reveló que el marcado laboral en el país está “recalentado” y entre los de mayores presiones y falencias en América Latina.
El estudio, realizado por la firma británica de cazatalentos Hays, analizó qué factores están afectando los mercados de cada país y tuvo en cuenta siete variables, entre las que están la flexibilidad laboral, el desajuste de talento, la participación en el mercado laboral, flexibilidad educativa, presión salarial, entre otras.
A Colombia no le fue bien en la medición y obtuvo un puntaje de 6, en una escala de 1 a 10. "Cualquier país por encima de 5 muestra que está bajo una presión en su mercado de trabajo”, aseguró el director de Hays Colombia, Duarte Ramos. En comparación con los países de la región, aunque ninguno está bien ranqueado, Colombia está en una peor posición frente a Chile, México y Brasil, que tienen un puntaje inferior a 6.
El estudio evidenció que Colombia ha tenido un crecimiento económico sobresaliente, pero esto ha generado una demanda por determinadas competencias que no existen en el mercado laboral.
El país se rajó, principalmente, en la baja participación en el mercado de trabajo, uno de los indicadores más importantes del estudio, que analiza cuál es la población activa que tiene un contrato de trabajo formal, que aporta a seguridad social y tiene seguridad jurídica. Los resultados arrojaron que este grupo de personas apenas supera el 50%, es decir que la otra mitad, cerca del 46%, tienen un contrato “precario” o está en la “informalidad”.
El informe también reveló que Colombia tiene dificultades para la inmigración calificada, es decir que son más los profesionales altamente calificados que migran del país, que el talento humano que se importa. De hecho, según el estudio, en 2013 el mercado laboral colombiano perdió 130 mil nacionales que se fueron al exterior.
“Todos los años el país pierde talento, hay más colombianos que se van al exterior a trabajar, que el número de personas que entran al país”, dijo Ramos.
Además, Ramos explicó que actualmente existen muchas vacantes altamente calificadas abiertas hace varios meses, lo que evidencia que las competencias que ofrecen las personas ocupadas en el mercado laboral no suplen totalmente las competencias que buscan las empresas del sector público y el privado. “Hay un desajuste en la capacitación y formación de habilidades”, precisó.
El ejecutivo explicó que otro factor negativo es la flexibilización del mercado laboral, el deterioro de la relación empleador-empleado, que lleva a la presión sindical, principalmente en los sectores que están bajo acuerdos de libre comercio con otros países, como la agroindustria y la manufacturas.
En cuanto a lo positivo, el Director destacó que el crecimiento salarial en industrias en donde los empleados no cuentan con una alta calificación ha sido superior a las industrias con personas con una mayor calificación, lo cual según él es positivo, porque “está trayendo al mercado un balance y está disminuyendo la brecha salarial”.
Las recomendaciones
Los resultados no son alentadores, por lo cual el estudio planteó tres recomendaciones al Gobierno Nacional, para que no solo se reduzca la tasa de desempleo sino que mejore el mercado laboral.
La primera sugerencia es incentivar, a través de temas fiscales, que las empresas capaciten sus trabajadores en competencias claves como el uso de sistemas informáticos, sistemas de automatización e idiomas extranjeros.
“Esto pudiera ayudar a las empresas no solo a retener más la fuerza laboral sino también reducir la carga fiscal y contribuir para que esta fuerza de trabajo cuando cambie de trabajo sea más atractiva, tenga más competencia para ofrecer a las empresas extranjera o locales”, explicó Ramón.
La segunda recomendación tiene que ver con crear políticas de inmigración con países socios comerciales, que permitan atraer talento de estos países en áreas donde existen debilidades en el mercado laboral, facilitar procesos de inmigración para que las empresas entiendan y puedan tener un abordaje global a la contratación de estos profesionales.
Finalmente, el estudio recomienda al sector educativo y las universidades públicas aumentar el número de cursos en las áreas más valoradas en la actualidad, que son la administración de empresas, ingeniería de sistemas o carreras afines a las tecnologías de la información y las comunicaciones (Tics), las ingenierías, civil, mecánica, entre otras; y las matemáticas y ciencias puras como física y química y disminuir o regular las existentes en áreas de humanidades, que no están siendo tan valoradas, esto con miras a responder a las necesidades del mercado laboral.
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